ago03 Cambios fisiológicos al entrenar resistencia

 

Cuando comenzamos un entrenamiento de resistencia, sobre todo después de estar inactivos o de no tener mucha regularidad entrenando, se produce incuestionablemente una mejora en el rendimiento de esta capacidad, pero esto es sólo el resultado final, para que se produzca, ocurren una serie de cambios fisiológicos en el organismo que a continuación os explicamos para que podáis entender el motivo de la mejora que estáis alcanzando no sólo en el rendimiento también en vuestra salud.

  • Incremento armónico del  tamaño del corazón
  • Mejora de la vascularización de las arterias con los capilares
  • Aumento del volumen sistólico; un corazón de mayor tamaño es capaz de expulsar un mayor volumen de sangre por latido y tiene un mayor volumen sistólico lo cual hace que sea posible llevar más oxígeno a los músculos en cada latido.
  • Aumenta la función endotelial, evitando la aparición de arteroesclerosis
  • Aumenta la capilarización del músculo cardíaco
  • Aumento de fibras musculares lentas (fibras i) aumentando, por consiguiente, la capacidad de flujo sanguíneo, la densidad capilar y el número de mitocondrias.
  • Aumento del número y la densidad de mitocondrias (biogénesis mitocondrial) lo que incrementa la capacidad de provisión de energía aeróbica desde los ácidos grasos y la oxidación de carbohidratos, así también gracias a las mitocondrias conseguimos que se aproveche más el oxígeno que se envía con la sangre y llegue a los músculos en mayor cantidad.
  • Disminución de la resistencia periférica y tensión arterial en personas con hipertensión
  • Disminución de la FC en reposo
  • Incremento del volumen plasmático y masa total de hemoglobina.
  • Aumento del  VO2 máx
  • Reducción de la FC para una intensidad submáxima
  • Aumento de la capacidad oxidativa y la utilización de grasas en el ejercicio. Mayor capacidad para romper las moléculas de grasas.
  • Incremento del almacenamiento de glucógeno muscular
  • Incremento del almacenamiento de triglicéridos musculares
  • Aumento de la densidad mineral ósea
  • Disminución del tejido graso subcutáneo
  • Aumento de masa muscular
  • Engrosamiento y fortalecimiento de los tendones

Aquí tenéis una lista llena de razones para empezar o continuar con el entrenamiento de resistencia, todos estos cambios fisiológicos son los que nos acercan a nuestros objetivos y también nos hacen estar más saludables. Entrenar es una garantía para nuestro rendimiento y nuestra salud.