oct12 Estrategia de carrera durante un maratón

Nos imaginamos que llevamos meses entrenando duro para completar un maratón, puede ser por primera vez o puede ser para mejorar la marca. Hemos cumplido con cada entrenamiento de series, por pulsaciones, el trabajo de fuerza, las tiradas largas, etc. Hemos vencido a la pereza y al sueño, al frío y al calor, a la lluvia y al viento. Hemos cuidado la alimentación, ensayado la indumentaria y la nutrición el día de la carrera, hemos reducido nuestra vida social, descansado bien los días previos, hemos visualizado la carrera ¿qué puede salir mal? Si a priori lo tenemos todo controlado. Pues tanto sacrificio y tanto trabajo puede verse arruinado durante la prueba si no hacemos una buena gestión del ritmo del maratón o lo que es lo mismo si no hacemos una ESTRATEGIA DE CARRERA ADECUADA.

Cuando hablamos de estrategia de maratón nos referimos a una adecuada organización de ritmo de carrera con la finalidad de utilizar y distribuir eficientemente los recursos energéticos durante la prueba con el propósito de evitar una fatiga prematura que nos lleve a perder velocidad a medida nos acercamos al final del maratón.

Si hay algo que diferencia el maratón del resto de carreras, es que en éste, tras estar varias horas corriendo se produce un agotamiento absoluto de los depósitos de glucógeno, lo que conlleva un agotamiento extremo en ese momento que impide poder seguir el ritmo de carrera establecido, recurriendo a las grasas y a las proteínas cómo aporte energético. En resumidas cuentas, si no hacemos una adecuada gestión del ritmo de carrera, en un punto avanzado del maratón podemos experimentar el famoso “Muro del corredor” con nefastas consecuencias.  Es por ello que se trabaja durante los entrenamientos para preservar la mayor cantidad de glucógeno posible para el final de la carrera y para acostumbrar al cuerpo a llevar ritmos altos utilizando en mayor porcentaje de lípidos posible.

Una garantía para conseguirlo es llevar una estrategia de ritmo NEGATIVA, lo que coloquialmente se conoce como ir de menos a más (primera media maratón más lenta que la segunda) Ir de un ritmo más lento a un ritmo más rápido. Comenzando a un ritmo más lento de nuestro ritmo medio estimado para conseguir determinada marca, lo que conseguimos es ralentizar la depleción de glucógeno, puesto que a ese ritmo estaremos utilizando mayor porcentaje de grasas que si comenzáramos a un ritmo más rápido, por lo que haremos menor uso glucógeno (los hidratos de carbono) y lo podremos preservar por más tiempo. Un ejemplo sería si tuviéramos como objetivo hacer un maratón en 3h30, en cuyo caso el ritmo medio sería a 5’ el km, una buena estrategia sería hacer la primera media maratón más lenta que la segunda; ritmo de 5’05” vs ritmo de 4’55”.

Sin duda durante un maratón se sufre, pero siguiendo esta estrategia negativa evitaremos sorpresas o frustraciones, no hay peor sensación que acabar una carrera vacío de energía, sin embargo correr los últimos kilómetros rápidos, alegres y con buenas sensaciones nos hace quedarnos con ganas de más y pensar en volver a cruzar una meta 42.195 metros después.