La variabilidad de la frecuencia cardíaca

06-jul-21

Aunque nos pueda resultar increíble y sobre todo imperceptible, el tiempo que pasa entre un latido y otro, no siempre es el mismo. Podemos tener de media 60 pulsaciones por minuto en reposo,  pero entre cada una de estas pulsaciones hay un espacio de tiempo variable, milésimas de segundos; esto es lo que llamamos variabilidad de la frecuencia cardíaca.

¿Por qué nos puede interesar conocer la variabilidad de la frecuencia cardíaca?

Pues su aplicación al entrenamiento es muy interesante ya que nos aporta información del nivel de estrés o cansancio que tenemos cada día. A continuación os explicamos de qué manera interpretarla

La variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) está regulada por el sistema nervioso autónomo, en concreto por el nervio vago, se trata de la modulación del sistema nervioso al aparato cardiovascular. La mayor parte del tiempo no somos conscientes del incremento o reducción del esfuerzo que hace nuestro corazón, la VFC es una forma de ver la capacidad de adaptación del cuerpo.

Tener valores altos es una buena señal, pues cuanta más diferencia hay entre los espacios de cada latido, mayor es la capacidad de adaptación de nuestro cuerpo y más sano se encuentra, por el contrario, cuando el corazón late al mismo ritmo, quiere decir que pierde la capacidad de adaptación.

¿Cómo podemos utilizar la VFC para nuestros entrenamientos diarios?

La VFC nos da información del nivel de estrés o cansancio que tenemos cada día, se interpreta que mayor variabilidad de FC significa un mayor y mejor estado de descanso, ésta sería la condición óptima para hacer un entrenamiento intenso, sin embargo, cuando tenemos una variabilidad de frecuencia cardíaca escasa o nula, eso quiere decir que nos encontramos en un alto nivel de estrés o cansancio, por lo tanto ese día lo mejor es optar por un descanso o un entrenamiento más suave o regenerativo. Conocer el estado de nuestro cuerpo es primordial para encarar un entrenamiento y poder entender por qué hemos tenido unas sensaciones u otras o por qué nos ha salido un buen entrenamiento o no. Es tan sencillo como medirse previamente la VFC.

¿De qué manera?

Se puede medir mediante un electrocardiograma, pero si buscamos algo más práctico, ahora hay relojes GPS que con una banda de frecuencia cardíaca nos pueden dar la misma información y también existen aplicaciones móviles que miden con precisión la VFC.

En resumen, la variabilidad de la frecuencia cardíaca nos aporta información sobre nuestro estado de recuperación y de adaptación a los entrenamientos

¡No esperéis más a utilizar la VFC, para controlar nuestro cuerpo lo primero es conocerlo y saber cómo se encuentra!

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